viernes, 29 de diciembre de 2006

Uno de tantos fines, cuando será el definitivo?

Un fin de año más (al menos por el momento se está acabando mi año laboral).
Un nuevo fin, un nuevo comienzo, regresa la esperanza, los compromisos de cambio, los deseos de felicidad y prosperidad, la dicha el gozo, una nueva cena, más regalos.
Feliz año a los solitarios, a los que no tienen hogar, a quienes el año nunca se detiene, a los que tienen que trabajar sirviendo a los que festejan, a las madres que perdieron hijos y a las que los ganaron, a los que vuelven, a los que se van (o se han ido) a los arrepentidos, a los extraviados, a los presos, a los libres, feliz año a la vida y a la muerte.
Este nuevo año para el Ecuador será aún más decisivo, es tiempo de creer y contribuir al cambio, de comprometerse con uno mismo y sus proyectos e ideales, es tiempo de sonreir a la adversidad y llorar contra la amargura, es tiempo de limpiarse e intentar al menos ser salvos; es hora de gritar al cielo que estamos vivos y activos, nada queda igual, despojemonos de lo malo aplicando el fuego de nuestra existencia, de nuestro impulso vital, es hora de despertarse si acaso se estaba dormido, es hora de dormir si es que se estuvo muy despierto.
Me da mucha pena saber que la humanidad (o quienes dirigen este "orden" de las cosas) no ha evolucionado mucho, matamos a quienes matan, juzgamos a quienes juzgan, respondemos con piedras aún siendo pecadores.
Realmente pese a los buenos deseos comprendo que nada cambiará al menos que seamos un solo impulso, una sola fuerza, una sola voz y un solo objetivo, nada importa más que ser feliz, así que el verdadero deseo es: SEAN FELICES.

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