lunes, 5 de julio de 2010

Al revés del revés del revés del revés,osea al derecho.



Creo que una de las primeras filiaciones escogidas por una persona en formación (no cuentan las impuestas o heredadas) es el gusto determinado por un tipo de música o por la música en general.

Quienes nacimos a inicios de los ochentas tenemos una ventaja sobre nuestras inmediatas generaciones anteriores y siguientes: muy jóvenes para quedar colgados de los 70´s y 80's y lo suficientemente "viejos" para acoger la "actualidad" con avidez sin detenerse en los recuerdos o el sentimentalismo. Estamos constantemente de paso. Leves, y hermosos. (jaja)

¿Que ha pasado con la música?, ¿donde está el viejo espíritu del rock?.

Está intacto señores, y la música, está mejor que nunca.

La treintena de años comprendida desde finales de los 60's hasta los 90's para muchos es la golden age de la música, una era dorada donde sus últimos actores pasan lentamente a ese panteón de dioses inmortales (sino pregúntenle a Cerati) quedando ahí con sus arrebatos y pulsaciones como referentes, a un click de distancia, a unos pocos minutos de acceso.

Todo se repite, y acá, a continentes de distancia, nos llegaban las cosas tarde. En el colegio recuerdo haber buscado con un espejo imágenes ocultas en las portadas  (vía Marilyn Manson y su Anticristo Superestrella) y haberme intrigado con los rumores de mensajes satánicos en el rock (vía show de la tarde en Mtv donde tocaron el tema). Vaya que fue emocionante.

Hoy ese misticismo del backmasking se ha perdido para ser un recurso estético más, parafernalia sonora, y está muy bien.

Hace poco dí con el álbum "Pullhair Rubeye" de Avey Tare con su esposa  Kria Brekkan, él, famoso por ser parte de la alternativísima banda Animal Collective y ella por ser la voz (islandesa cabe recalcar, con todas sus implicaciones) en los primeros discos de Múm. Como punto de entrada a esta "obra" todo  bien. Gente loca y cool experimentando.

Pullhair Rubeye es un disco al revés, o bien, es un conjunto de canciones, que luego de ser compuestas, ejecutadas y grabadas fueron concientemente invertidas así sin más y puestas en el mercado (Paw Tracks aguanta todo esto, es su trip)

Así que si al momento de plasmarse el disco y lanzarse al mercado, la decisión de sus creadores fue esa, pues estamos ante un disco ruidoso, donde de a poco te enganchan las enrarecidas atmósferas de naturaleza espacial, en las que las voces pasan a ser capas de sonidos en medio de un universo extraño, pero que no te deja ir. Abstracto y ambiental. No para cualquier momento, para dejarlo correr y ya. De a poco establece la conexión.



Grabado caseramente en un 8track, con una guitarra, un piano y sus voces de un modo convencional, acústico y sencillo. ¿La simple decisión de invertir todas las canciones convierten a este trabajo en algo electrónico?, probablemente sí. Y adquiere sentido justamente el hecho de que Portner (osea Avey Tare) en su banda principal haga uso de loops invertidos para temas establecidos y completamente aceptados como tal. Estamos dentro de un mundo sonoro ya conocido.

Lo interesantísimo de todo esto, es que gracias a los entusiastas de siempre, el disco apenas pasó al sagrado mundo digital fue manipulado e invertido transformándose de algo abstracto-impreciso y lejano a un íntimo disco folk, legible (sin dejar de sonar enrarecido).

Una creación con dos experiencias, (3 si le sumamos el "en vivo"), hoy (osea en el 2007, año de lanzamiento) logra plantear algo nuevo de verdad en medio de la repetición y visita constante al pasado.

El disco en su versión invertida revela los esfuerzos iniciales que apelan a lo básico de la música, aquella música a la cual de la cual somos consumidores ávidos, en donde Avey y su esposa no pasan de hacer un adorable disco sobre su amor y el amor en general, pero que a través de una sencilla ejecución tecnológica se convierte en un sentimiento inmerso en aquella "música al revés" que extrañamente si se logra captar, proponiendo tal vez que las notas y estructura convencional no necesariamente son el único vehículo de la composición. 

Incluso volviéndose una experiencia interactiva donde el simple hecho añadido de manipular una obra-producto en busca de sus bases le añade una interdimensionalidad extraña donde se pierdes los bordes entre la aceptación de la creación musical "Álbum" y la pertenencia o arbitrariedad del público, de decidir si se quedan con una u otra versión.

El revés del revés del revés del revés, se convierte en el nuevo "al derecho" que nos lleva a pensar que el espíritu de la música sigue intacto por ahí.

Recomiendo descargar (no aquí, pero es fácil encontrarlo) este Pullhair Rubeye en su versión original y en su versión invertida,

There is love in my rainbow
There is rain in the cloud
The soft pleasure we’re under
I live in a hut nearby and
Make soup inside it
We encircle round it and
We say our prayers there
is love in our love











viernes, 2 de julio de 2010

Impostoria siempre será una tierra recurrente


Impostoria siempre será una tierra recurrente, una bodega, un cuarto aparte.

Creo que  merece una visita.

Si me buscan, por acá estaré a veces.