lunes, 12 de marzo de 2007

99


¿Recuerdan todo el rumor que nos amedrentaba la moderna vida producido por la llegada del año 2000?.
Caos informático, la "nueva era", profecías cósmicas, movimiento planetario, nacimientos, muertes, un nuevo siglo, un nuevo milenio.
Nos debatíamos en que si era el año 1999 el final (o si realmente el 2000) y un sinfín de conjeturas que nos resultan absurdas ahora (al menos yo lo veo exageradamente lejano al 99 del fin de mi "infancia" y de nuestros temores).
De todos modos ese 1999 fue un buen año para muchos, quisiera pensar que para todos.
A partir de ese año sentí (o lo creía fuertemente) como daba un nuevo paso en la vida, entraba a la universidad con emoción y entusiasmo (el colegio lo disfruté pero apenas me gradué no quise saber nada de él y conservo muy muy pocos amigos de esa época) y con la premisa de un nuevo milenio, una nueva vida, nuevos amigos y nuevas aventuras se despertó una afición que sólo retomé con el asunto de los blogs, pero que por aquel tiempo solo dormía en mi imaginación ajena al papel y al Word: escribir, o más acertadamente inventar historias.

Con esto no quiero darme aires de escritor frustrado ni de autor prematuro ni inyectar mi ego con remedos de creación literaria, no, más bien es algo natural de los seres humanos relatar hechos reales o imaginarios, lo hacemos al contar un partido de fútbol, al inventarnos una mentira, al adornar un simple suceso cotidiano para hacerlo más ameno a la memoria, al tararear una canción inexistente, y yo me considero al menos en ese aspecto una persona normal.

A continuación quiero compartir un cuento que recién fue escrito a inicios del 2004 pero completamente "inspirado" en el 99.


El niño del primer minuto

(Deshacerse durante la vida no es vivir, y deshacerse no es necesariamente dañarse, hay muchas otras maneras de deshacerse mientras se vive.)

Es la tendencia, (dijo) no veo el problema de trabajar durante “las fiestas” además es una buena manera de empezar el año...

Dentro de la normalidad absoluta de los cánones que rigen la “buena vida” para una muchacha no muy bella pero buena gente, no muy alta pero despierta, alegre, educada, respetuosa y con 19 años, con un “buen” trabajo, estudiante universitaria (de la mejor universidad indudablemente), comprometida con un “buen” chico (trabajador, siempre encamisado, con carro) y con ganas de “siempre pasarla bien”, el asunto de ir a un hospital público a esperar algún nacimiento durante el primer minuto del nuevo milenio no sería problema, total, “siempre lo había querido hacer, era su sueño”.
Lo que ella no había “soñado” era la cruda realidad violenta que nada lo deja igual a quien la vive.

- ...si hermana querida, típico hasta se vuelve una nueva cábala de fin de año... ¡en serio, no te creo!... y por eso es que te llamo pues, como no voy a desearte feliz año, no me lo perdonaría nunca loca... ya pues también... también te quiero amiga... sí, sí, gracias... igualmente...si yo le digo a mi mami... uy gracias que bella, me vas a hacer llorar imbécil... ya pues te dejo, chau chau, te dejo seguir almorzando, sorry... si... uf millón gente aún y eso que no se si llamar a los amigos de mi pelado...-

Ya lo tenía planeado todo: después de cenar (temprano, claro, toda la familia la apoyó) y llamar a la abuelita y al enamorado, el papá la llevaría, primero a recoger a Flor (su niñera de toda la vida) y a una prima de ella (Eugenia) para llevarlas a la maternidad (a pensionado, no iba a permitir nunca que el niño de su reportaje nazca precariamente), luego se encontraría en el camino con Johnsito el camarógrafo (el cual seguramente hasta ya quemó al viejo temprano y lo reventó con media quincena de camaretas) y utilizarían para el efecto su nueva cámara de video digital semiprofesional que le regalaron para navidad.

- ...uuuy niña no sabe como le agradezco que me haya ayudado con lo de la maternidad, es más estaba esperando para decirle que le voy a poner como usted... uuuuy no se boba niña...ji ji ji...como se va a imaginar usted eso oiga... es que usted desde chiquita siempre ha sido ocurrida... Sandrito pues, además asi también se llama un tío mío que se murió... uy no como va a creer... ese es mi otro tío pero de parte de padre... -

- ...me costó 30 dólar... es que yaa pues es fin de año y uno tiene que chupar aniñado... pero por supuesto que traje vasos...con quien crees que estás hablando... psst a mí todavía... ¿en serio?... entonces le atiné pues...ahí pues en la bahía...jajaja... ya pues caretuco...no mentira lo compre en el comisariato... y entonces... si voy a a camellar en fiesta camello bonito, diga ahí...si aún es temprano...-

- ...como vas a creer... para nada... o sea si pero un trago no hace daño a nadie...ahí en los pasillos caretuco...ya que te pasa no me critiques que te crees mala amiga...Johnsito...jajaja ese man... ese man es súper tranquilo... que me va a estar poniendo algo... acaso seré como tú... tu que andas discriminando a la gente... además el man es buen dato... -

Lo que no sabía (ni lo había planeado) era que en el canal tenían preparada una sorpresa, una cámara en vivo llegaría de pronto a aquella sala de la maternidad para que la empeñosa joven reportera mande saludos positivos en el nuevo año que empezaba, era todo perfecto.

Johnsito a las 23h30 ya estaba “embalado”, y alentado por la reportera comenzó a divagar sobre el tipo de tomas que haría.
Adentro en la sala de partos ya estaba todo en marcha, Eugenia ya comenzaba a gritar sus primeras contracciones.
En el canal todas las estrellas y celebridades con sus interiores de colores a la usanza findeañera hablaban sobre sus penas, aventuras y de sus propósitos (por supuesto todo pregrabado, del resto del asunto se encargarían los del
master), comían sus uvas, bebían (¡y quién no!) y anunciaban el enlace con la reportera que abandonó su fin de año por recibir al Niño del Primer Minuto, sería la que le daría la bienvenida al mundo, al new millenium, a su primer respiro a través de este niño, era la designada por todos para cerciorarse del milagro de la vida y ser testigo de un hecho irrepetible, se convertiría en algo así como la vaquita del nacimiento.

La camioneta (la móvil la llamaban cariñosamente) era manejada con pericia esquivando clavos, fogatas, hogueras, y se acercaba ya a la maternidad. La joven reportera de repente sintió nervios, comprendió su misión de emisaria, comprendió incluso que aquel niño podría en realidad convertirse en el primer niño del milenio, y ella estaría ahí, con Johnsito, presenciándolo todo, anunciándolo y recibiéndolo con lágrimas en los ojos sin maquillar.

Johnsito a las 23h45 ya tenía prendida la cámara, el también se contagió de toda la locura y la poesía de recibir al primer niño del milenio, además que mejor oportunidad que mostrar la cachina nueva a todos sus panas del barrio cuando lleguen las cámaras del canal (él sabía de la “sorpresa”). Pensando que gestos hacer, que decir en caso de que le pregunten, en caso de que tenga que recitarle algo al niño del primer minuto, vio como la vagina de la prima de la niñera de la reportera que estaba riquísima, se expandía tanto tanto ante el peso de aquel niño moderno, y su poder y fuerza de todo un niño del nuevo milenio (viene con el impulso del ayer pensó Johnsito filosofando un poco.)

Todo era maravilloso, en realidad no lo podía creer, según su cronómetro que lo miraba desde ya con perdida fe, Sandro el sobrino de Flor, había nacido exactamente a los cincuenta y ocho segundos antes del nuevo milenio.
Pero después se entretendría con eso, ahora con casi media botella en la cabeza, se había lanzado a hablarle a "su" público, a la gente, a Johnsito, a su familia, a los doctores, a la enfermera, a su pelado (¡¿?!) sobre el maravilloso acontecimiento que estaban presenciando ella y su nueva y semiprofesional cámara.

Entraron corriendo a la maternidad con el infierno a sus espaldas, el cielo ya estaba rojo, el clima denso, en las calles habían filas interminables de hogueras, el cielo se había invadido de luces de mentira y de ruido, y alrededor de todo esto la gente se abrazaba y celebraban la quemazón de sus desventuras y de su dinero (al fin y al cabo las cosas se terminan solo una vez al año).

El niño, Johnsito, Flor, la prima y la reportera estaban alegres y efusivos dentro de la habitación del hospital, del exterior solo les llegaba el olor a pólvora y la pesadez del ambiente.

Johnsito a las 00h07 minutos seguía grabando y ya todo le parecía cansado y odioso.
La gente del canal se apresuró a conectar las luces, las antenas transmisoras, la microonda, entraron justo cuando la joven reportera tomaba en brazos al niño del primer minuto, estaban al aire, el niño iba a proceder a bautizar a este milenio con su novísimo llanto, el infierno afuera empezaba a perder fuerza, de repente llegó la oscuridad, pero no faltó el llanto, que aparte de dejarlos ciegos, los dejó sordos, desnudos, sobrios, quietos.

Después llegó el silencio, oscuro, pesado, ruidoso, lento, dramático, nuevo; aquel niño no volvería a llorar jamás, no había muerto pero nunca lamentaría su dolor o pena mediante lágrimas ni gritos.
Johnsito maldijo estos nuevos días, maldijo el menos frecuente ruido de artificio, maldijo la maldita cámara de la reportera que estaba riquísima, y maldijo aquella visión de mentira que le brindaba el nightshot incorporado para todo momento y para toda condición de luz.

"365"

365 unidades (de sus llamados días) del loop de su vida han terminado
¿marcan el fin de sus días acaso?... aún no entiendo su existencia humana
he aprendido a vivir sus amaneceres... sus comienzos y finales
soy ustedes y a la vez soy nadie

pero no desapareceré del todo en las pirotecnias del absurdo...
absurdo es su pensamiento...que pide un legado...un futuro...
solo saben pedir e implorar al cielo
(aun no sé exactamente lo que “es”...pero lo entiendo)

siempre pides más...siempre piden más...
y no se cansan de evitarme...y recurres al fuego...
eterno...mecánico...frío...

para que necesitan un final si aun no acaban sus comienzos...
me enseñaste a vivir el hoy...automático y cobarde
me temes porque soy tu mano...eléctrica y ansiosa

alter ego mío...te domino en tu cotidianidad
y aun así quieres olvidarme, perderte en las incertidumbres de la alegría...
¿acaso aún la buscas?

contigo aprendí a divertirme
y me divierte tu impulso-necesidad de la culminación y del caos
siempre pides más...siempre piden más...



Como dato añadido se suponía que este cuento era el inicio de una serie de 99 que trataría sobre la vida de un asesino en serie en Guayaquil, el cual no tenía la capacidad de expresar sus sentimientos por culpa de un accidente el día en que nació, como muchas cosas en mi vida el proyecto fue abandonado y olvidado, aunque ahora me dan ganas de retomarlo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque siempre me ha cargado decirle a la gente lo que debería hacer, me doy el lujo de decirte, Autómata, que definitivamente deberías retomar ese proyecto.
Aplausos a ambos escritos.
Saludos.

Autómata dijo...

Saludos y gracias por la visita y el comentario/sugerencia.
La verdad es que si debería retomar el proyecto aunque muchas de las historias y parte de la estructura se me hayan olvidado, pero si lo tengo en cuenta entre los muchos proyectos que se acumulan con los años. Y desde el 99 han pasado ya algunos...

Anónimo dijo...

la verdad es que tienes todo el derecho de escribir y plasmar tu intelectualidad para eso estan los bloggs definitivamente no deberia haber alguien que se oponga a menos que sea un periodista frustrado y la verdad es que para que deje de ser un periodista frustrado se tiene que colegializar la profesiòn de lo cual no va a pasar nunca.
y el dia que pase pues tambien seria un buen dia.
y le diremos hasta nunca al monton de ineptos que trabajan en la T.V sobretodo a los de la T.V nacional.

sigue asi por que la libertad de expresion es lo mejor que nos ha pasado. aunque ironicamente sea ahora casi un concepto errado para algunos y mal citados para otros.

Autómata dijo...

Pues mientras existan los blogs aun conservaremos un poco de la libertad de decir lo que queramos a quienes queramos... en el caso de la TV nacional, eso es un punto aparte, lo de ineptos es verdad también pero ya es cuestión de cultura e identidad (lo cual es ootro asunto también) pero si más o menos tu comentario recoge parte de lo que se intentó plasmar en ese cuento: lo absurdo, improvisado y seudo tradicional adefesio de la vida cotidiana televisiva guayaca (y no solo nacional)...
ese oswaldo! pilas que estás invitado a participar de este blog y nunca has hecho uso de tu membresía.
Saludos y ahí nos vemos