lunes, 13 de octubre de 2008

Ulises escuchando a las sirenas



Existen situaciones cotidianas, muy cotidianas, que de repente se convierten en hitos inmediatos de la vida.

El camino fácil te muestra un mundo acogedor y tibio, calmado, sereno, tu vida ready-made.

Sacarte los zapatos y enrumbarte por ahí para muchos es la muestra de valor más grande de todas, lo debido, lo usual, lo que todos esperan, los brazos abiertos de tu familia y el entorno festejarían tu llegada. Pero no.

Aún tengo muchachitos-interiores -obstinados que creen con furia que el destino es maleable y La Vida (mi vida)  es un bulto que pretende convertirse en una gran estatua, una imagen, una idea que podría perdurar y sobrevivir a mi organismo.

Aterricemos, son signos de nuevos días la tranquilidad, la pasividad, el sentido lineal de muchas cosas. Pero siempre está ahí la seudo-regla de que muchas veces lo espontáneo, lo no planificado tiene mejores resultados (en ciertos casos) que lo muy orquestado y con objetivos específicos.

Día viernes de feriado, la consigna era no ir a Gye, perderse el Pop Fest pero ganar en quietud, sopor... eso jamás, en media hora ya estábamos camino a la ciudad con apuro, y ese apuro se convirtió en la excelente reunión familiar pre-cumpleaños #2 de mi pequeña hija Valeria. ¿Excelente no?.

Y fue interesante de repente verme enbarcado en comprar gorritos, caramelos, globos, guirnaldas, junto a mi esposa y familiares; en un par de horas teníamos todo lo necesario para esta fiestita anticipada, se convocó a los que se quedaron en la ciudad (no más de 10 personas) y listo. Labor cumplida.

Y es chistosísimo meterse en el papel de "ir contra lo establecido" en estas pequeñas cosas: 
-... señor si lleva la piñata de Uniqua no puede llevar los platos de Barney... - , - pero a mi hija le gusta Barney..- , - ...entonces lleve la piñata de Barney...- , - pero ella eligió esa piñata... pero es que los niños no saben (!!) ellos escogen cualquier cosa...

La fiesta de Valeria resultó un éxito, a falta de música infantil (y de evitar a toda costa merengazos y reguetón) buenos son los éxitos ochenteros (New Order y Depeche incluidos). Incluso los regalos improvisados fueron una expresión inmensa de alegría en la cara de Valerita (la Barbie del 65, el teclado de pilas, las ropitas...).

Es cuestión de fluir, lograr que cada acto sea un gesto, escuchar pero no seguir las indicaciones de los padres-expertos-en-fiestas, y al final (y sin proponértelo) puedes obtener algo que lo sientes especial para este grupo de 3 personas que ahora somos una familia.

Y no sobredimensionar las cosas, creo que poco a poco lo voy entendiendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

oye que bien...otro acto des-automata tuyo..y que todo sea por el bienestar de tu santa, tu hija, y que bien que trates de no seguir con las reglas, porque el arroz con pollo hace daño a menudo,jejeje..salu2 y por cierto le cantaste el japy birthday?