viernes, 14 de diciembre de 2007

Lo que soy y lo que llevo a cuestas


Hay que asumirlo, hacer las cosas bien es muy difícil.

Ser padre, esposo, empleado, funcionario, pieza, sustento, dependiente o una persona feliz es una ardua tarea que requiere el trabajo constante 24/7 (expresión plagiada).


Es más fácil subirse a la masa gris sin rumbo de los "sensibles" y quejarse, y tener excusas para todo: la única excusa válida sería un "no se pudo" luego de intentarlo varias veces, varias veces.


No voy a mentir, desligarse de toda una vida (que no estaba llevando a ningún lado) "divertida" para meterte en los bolsillos todo tipo de credenciales con sus respectivas responsabilidades (padre, esposo...) fue un proceso que demoró, pero en medio del remolino de acontecimientos lo mejor que me pudo pasar fue toparme con una persona que miró a través de la compleja imagen construida y me acompaña diariamente con valentía y entrega, y es a ella que le debo mi vida, mi vida entera. Y de eso se trata.


A veces no digo lo que debo decir porque la voz puede resultar falsa, incluso el escribir puede automatizarse, pero la verdad nunca se oculta, jamás.


Y lo que intuía "doble vida" realmente era (es) el proceso de rellenar los vacíos que quedaron durante el salto a la "adultez" y a la vez ejecutar el "nuevo yo" con soltura y eficacia.

Vaya labor, al menos a mí me ha resultado muy duro.

Pero esto se está acabando ya, por donde mire está el optimismo optimístico gritándome que está llegando con las cosas buenas, pues que me agarren trabajando (algo así dijo Picasso).

También descubrí que el entorno no importa para definirte, Quito, Guayaquil o Manta es lo mismo, se sienten igual con sus respectivas características y carencias. Pero ese autómata caminando por las calles es único, y lo que soy ya no es una carga, ese "de donde vengo" no me define, "no hay futuro" (jaja debo dejar de leer tantos blogs) no porque no exista la esperanza sino que no interesa mientras esté activada la conciencia en cada acto, cada paso, cada palabra y además que todo esto sea natural.


¿Reflexiones cojudas de la cotidianidad?, pues me sirve. Soy un proyecto en crecimiento, esta pequeña luz que se sembró dentro de mí sabe su objetivo, siempre lo supo por genética, amor biológico, evolución de las especies, destrucción de los pueblos, lo que sea.


La utilidad de esta ventana-dos-punto-cero es la facilidad de dejar documentado un momento de mi vida, una vida que la veo un tanto distinta. Es extraño pero cada vez que termina un año se presentan algunas respuestas, así mismo es, vivir en un cliché eterno, pero leve.


(la imagen que ilustra este post se denomina "Mientras más raras las perspectivas, más me parezco", está tomada de mi otro blog)

2 comentarios:

Carlos Julio dijo...

Qué bueno que tengas alguien que te comprenda, (¿o quise decir acepte?)

Lo bueno es sentirse realizado y saber que el futuro incierto traerá siempre desafíos ciertos que alimentarán nuestros recursos para seguir sobre-viviendo.

Saludos cordiales

Carlos Julio

Autómata dijo...

comprender y aceptar en partes iguales... ser comprendido y aceptado en partes iguales....

de ahí el resto del asunto es el cruce ente lo profesional y lo vocacional..

saludos, gracias por tus comentarios