Espacios, arte, hamburguesas y dudas.
Llevo semanas siguiendo con interés la consecución de la muestra "Manos Arriba: Nuevos Ilustradores de Guayaquil" (donde estoy participando), exposición que pretende agrupar el trabajo de ilustradores con una carrera en ascenso en el medio local.
Y bueno, a modo de crónica se veía como cada semana cambiaba la fecha y lugar de realización de este evento (los detalles nunca han sido ventilados por los organizadores), pero la gente mantenía arriba los ánimos; hasta ayer, que se anunció el nuevo sitio de exposición:
La Tienda-Cabinas-Carretilla-Cantina "El Túnel" (ubicada en la frontera entre el maquillaje de la regeneración urbana Gye y el cerro re-apropiado por sus moradores).
Inmediatamente, luego de acomodar las expectativas, y de despertarse obvias dudas, pensé en que el lugar, pese a no ser un sitio ideado para una muestra, ni propicio para un recorrido museístico, resultaba válido como un espacio alternativo (en su extremo más radical, vale decirlo), y que en caso de superarse con éxito las trabas obvias de hacer una expo en una tienda, podría convertirse en una extensión de la realidad local guayaquileña: la ausencia de plataformas para mostrar las expresiones de un grupo cada vez más grande de creadores y de tendencias y ramificaciones cada vez más amplias.
Un evento social/estético/cultural pasaría a ser una declaración del estado actual de las cosas, donde lo primordial sería La Obra y lo circundante un empaque necesario aunque no ideal, claro está, todo esto como una opción diferente a las ideas y alcances originalmente trazados: mostrar juntas por primera vez las obras visuales de 15 personas nuevas en el circuito local.
No es un lugar idóneo para una muestra: de acuerdo.
No tiene las condiciones propicias de iluminación, espacio, recorrido: de acuerdo.
Es una falta de respeto para los expositores: no estoy de acuerdo.
Una exposición debe ser una alteración a la cotideanidad, donde por momentos logremos meternos en "universos imaginarios" existentes en las cabezas y procesos de los ilustradores, o simplemente la materialización gráfica de ideas, una prolongación de personalidades a través de gestos estéticos.
No puedo llevar a mi mamá a una tienda a que vea mi obra: ¿porqué no?.
Es mi primera vez exponiendo y pensé que sería mejor: ¿mejor a qué?.
La decisión de parte de los organizadores (MUCA) asumo que no debió ser fácil, y tal como lo comenté en la página de facebook del evento, hay que ser muy imbécil o muy valiente para proponer esto a 15 expectantes expositores (incluyéndome).
No soy un teórico como para ponerme a desmenuzar detalles sobre lo que es y no es arte, para mi arte es expresión, y como expresión no debe depender de un lugar específico (a no ser que se lo haya planificado inicialmente así) en caso de presentarse circunstancias inusuales.
Ahora, hacer un llamado a la subversión o desbaratamiento de los esquemas tal vez sea demasiado pretencioso, porque no quisiera jamás imponer (o dejarme imponer) un modo de pensar, cada cual le añade valor a su trabajo y respeto mucho la decisión de varios expositores de negarse a participar en esta suerte de improvisación, por el simple hecho de que fue así y no se consultó a última instancia a todos para saber (y compartir los pareceres) sobre la elección del lugar.
La expo ha entrado en una pausa mínima, y está hoy por definirse prontamente el nuevo sitio donde se expondrán los trabajos.
¿Qué nos queda de todo esto?, muchas cosas para reflexionar, pero jamás para desanimarnos o romper el "espíritu grupal" que se percibía.
La actitud debe ser, irónicamente, de mantener las manos arriba a sumarse a hacer cosas, en un entorno donde muchas veces se dificulta hacerlas.
Y bueno, a modo de crónica se veía como cada semana cambiaba la fecha y lugar de realización de este evento (los detalles nunca han sido ventilados por los organizadores), pero la gente mantenía arriba los ánimos; hasta ayer, que se anunció el nuevo sitio de exposición:
La Tienda-Cabinas-Carretilla-Cantina "El Túnel" (ubicada en la frontera entre el maquillaje de la regeneración urbana Gye y el cerro re-apropiado por sus moradores).
Inmediatamente, luego de acomodar las expectativas, y de despertarse obvias dudas, pensé en que el lugar, pese a no ser un sitio ideado para una muestra, ni propicio para un recorrido museístico, resultaba válido como un espacio alternativo (en su extremo más radical, vale decirlo), y que en caso de superarse con éxito las trabas obvias de hacer una expo en una tienda, podría convertirse en una extensión de la realidad local guayaquileña: la ausencia de plataformas para mostrar las expresiones de un grupo cada vez más grande de creadores y de tendencias y ramificaciones cada vez más amplias.
Un evento social/estético/cultural pasaría a ser una declaración del estado actual de las cosas, donde lo primordial sería La Obra y lo circundante un empaque necesario aunque no ideal, claro está, todo esto como una opción diferente a las ideas y alcances originalmente trazados: mostrar juntas por primera vez las obras visuales de 15 personas nuevas en el circuito local.
No es un lugar idóneo para una muestra: de acuerdo.
No tiene las condiciones propicias de iluminación, espacio, recorrido: de acuerdo.
Es una falta de respeto para los expositores: no estoy de acuerdo.
Una exposición debe ser una alteración a la cotideanidad, donde por momentos logremos meternos en "universos imaginarios" existentes en las cabezas y procesos de los ilustradores, o simplemente la materialización gráfica de ideas, una prolongación de personalidades a través de gestos estéticos.
No puedo llevar a mi mamá a una tienda a que vea mi obra: ¿porqué no?.
Es mi primera vez exponiendo y pensé que sería mejor: ¿mejor a qué?.
La decisión de parte de los organizadores (MUCA) asumo que no debió ser fácil, y tal como lo comenté en la página de facebook del evento, hay que ser muy imbécil o muy valiente para proponer esto a 15 expectantes expositores (incluyéndome).
No soy un teórico como para ponerme a desmenuzar detalles sobre lo que es y no es arte, para mi arte es expresión, y como expresión no debe depender de un lugar específico (a no ser que se lo haya planificado inicialmente así) en caso de presentarse circunstancias inusuales.
Ahora, hacer un llamado a la subversión o desbaratamiento de los esquemas tal vez sea demasiado pretencioso, porque no quisiera jamás imponer (o dejarme imponer) un modo de pensar, cada cual le añade valor a su trabajo y respeto mucho la decisión de varios expositores de negarse a participar en esta suerte de improvisación, por el simple hecho de que fue así y no se consultó a última instancia a todos para saber (y compartir los pareceres) sobre la elección del lugar.
La expo ha entrado en una pausa mínima, y está hoy por definirse prontamente el nuevo sitio donde se expondrán los trabajos.
¿Qué nos queda de todo esto?, muchas cosas para reflexionar, pero jamás para desanimarnos o romper el "espíritu grupal" que se percibía.
La actitud debe ser, irónicamente, de mantener las manos arriba a sumarse a hacer cosas, en un entorno donde muchas veces se dificulta hacerlas.
imagen deliberadamente pirateada de: Revista Gerry#1
(donde hablan justamente sobre ese espacio y la realización de un concierto improvisado)
2 comentarios:
El arte o expresion, no tiene un lugar determinado... si se parte de ese precepto, se esta extendiendo u acta de defuncion a lo que se crea.
La expresion tiene que estar donde cause impacto, donde pueda dentro de su caracter efimero, ser trascendente al mismo tiempo, dualidad compleja per se, pero necesaria.
Comparto tu punto de vista.
Claro, y el impacto se daba, porque esa misma tienda se ha vuelto sin querer queriendo en un punto de encuentro de la gente que acude a este tipo de eventos, y más allá de todo, como opción final en base a los problemas que seguramente hubieron de no encontrar el lugar adecuado, me parecía muy bien como algo alternativo... pero bueno, aún queda mucho por hacerse y cambiar por acá.
gracias por tu comentario.
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