jueves, 11 de enero de 2007

El precio de lo nuevo


En Ecuador todos sabemos que este año será (o ya lo está siendo) conflictivo en lo que respecta a gobierno (gobernabilidad, parlamento, partidocracia, etc.) . Se instauró un "renovado" congreso que sigue estando infecto de los males del pasado, que desea aferrarse al poder, aferrarse al "a mi nadie me toca" elitista y corrupto. Contamos ya con un presidente electo preparando el terreno de la verdadera acción. Se vienen tiempos difíciles de enfrentamientos, amarres, y quizás protestas, caos, destrucción y (ojalá que no) muerte. Por todo el país se siente la preocupación, algo grande está por suceder, se avecina un cambio de época, una renovación generacional de orden natural mientras los dinosaurios parecen correr en una estampida al vacío. La gente comenta en las calles y, he aquí lo curioso, seguimos persiguiendo ideales personales, mezquinos, y desinformados. El otro día en una conversación (cabe indicar ocurrida en Manta) escuchaba decir que en el mundo solo existen dos corrientes y formas de vida/gobierno: el capitalismo y el comunismo.
No ahondemos en conceptos históricos ni sociológicos (pero aun políticos), asimilemos esto de la misma manera que la mayoría de ciudadanos:

Capitalismo = EE.UU.

Comunismo= Cuba y Venezuela

Del mismo modo (no académico) reflexiono sobre esto, el mundo hace años que dejó de ser o blanco o negro, o zurdo o derecho, ni loco ni cuerdo; vivimos en la era de la fusión reflejada en música, arte, comunicación, publicidad, razas, idiomas, moda, cocina, tecnología y obviamente modo de vida y sociedad.
No quiero creer en un Rafael Correa comunista ni en un país aferrándose a un capitalismo facilista y cómodo representado por unos cuantos hijos/sobrinos/nietos/primos de la patria (pero de una patria a la antigua).

En diario El Universo leía un interesante artículo denominado "Propuesta Temeraria" que refleja correctamente lo que trato de decir: es hora de dejar de pensar en izquierdas o derechas, en ponerse del lado de un bando "anti-algo" sino añadirnos a los ya no pocos "pro-positivo", es un sencillo pero esperanzador cambio de mentalidad, si todos, ejerciendo un mínimo de conciencia y moral ciudadana, apuntamos a un sólo objetivo derribando nuestras barreras mentales definitorias y dejamos que nuestros riachuelos personales se unan al gran mar de lo nuevo será posible avanzar en conjunto hacia un "mañana" mejor.
Se lee bonito, idealista, incluso ingenuo, ¿pero alguien ha propuesto una alternativa mejor?.
¿Debemos esperar a hundirnos completamente para darnos cuenta que necesitamos bajarnos de este vagón maloliente y antiguo (con rumbo incierto) en el que se ha convertido nuestro país?. ¿Este vagón será capaz de subir empinadas montañas con el impulso de un pueblo con hambre y sin educación?, azotado, utilizado y abandonado, ¿a donde llegaremos con el actual orden de las cosas?.
Todo cambio tiene un precio, el que tengamos que pagar los ecuatorianos debemos asumirlo con valentía y honradez. Pero sabiendo que es una deuda adquirida por todos.
Días atras tuve un recuerdo: caminaba por las calles céntricas de Guayaquil y observé un auto disfrazado de tanque de guerra, gente a su alrededor repartía propaganda de un tal Coronel Lucio Gutierrez, que proponía algo denominado Asamblea Constituyente.
Me parece chistoso.

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